sábado, 22 de febrero de 2014

Qué vendrá con el nuevo Whatsapp de Facebook

Por sorpresa tomó a los usuarios de la famosa aplicación de mensajería el anuncio de que había sido vendida a Facebook por una millonaria cifra de dólares.

Hoy tu número telefónico ya lo sabe y lo tiene Facebook y probablemente ni tu sabías que no necesitaba pagar los US$16.000 millones por Whatsapp para saberlo, pero se hace con el directorio más grande y completo del planeta.

Esto comprueba que los bloques de grandes compañías se están fortaleciendo y seguirán siendo aún más poderosos y más grandes, en la medida que sigan haciendo buenos negocios. Si habrá “fuga” de usuarios, tendremos que esperar pues por lo pronto, debemos ver cómo se fraguan los procesos y si bien ambas compañías en lo inmediato seguirán siendo independientes (como ocurrió cuando Facebook compró Instagram) al final de cuentas tendrán una sola dirección y un solo objetivo. Por último, no podemos olvidarnos de la base de usuarios.

Un servicio online atraviesa varias fases. En la primera trata de captar a “early-adopters” más influyentes. Después, trata de hacer que estos atraigan a los usuarios más comunes, los más clásicos: mi padre, mi madre, mis tíos, gente con ordenador, smartphone y quizá tablet, pero que tampoco sabe lo que lleva el último móvil de Samsung. Lo más normal es que los servicios comiencen a decaer en esta fase. Los usuarios más clásicos no utilizan mucho el servicio, y los influenciados se van tan rápido como han llegado.

Esto hace pensar a muchos que el éxito de un servicio online depende de los influenciadores, pero nada más lejos de la realidad. La clave está en los usuarios más comunes, los clásicos. Si captas a esos, has triunfado. Facebook y WhatsApp son un claro ejemplo. En su momento, los primeros en llegar fueron los más tecnológicos, los más aventureros. Con el paso del tiempo, estros atrajeron a usuarios más comunes, que acabaron viendo en estas dos plataformas la capacidad para comunicarse con otros, para estar en contacto. La base de estos creció muchísimo. Y ya no solo hablamos de los usuarios con móvil y ordenador, no solo de padres y madres, sino de abuelos y abuelas, niños que todavía no tenían la edad legal para estar en Facebook, personas que nunca habían mostrado el menor interés en el mundo tecnológico, ahora todos esos se comunican por WhatsApp, publican comentarios en Facebook, e incluso comparten las ofertas que se cruzan en la publicidad.

A veces, parece que tienen hasta más actividad que los usuarios más tecnológicos. ¿Pero qué ha pasado con estos últimos? Se han ido escapando. En su momento fue a Twitter, la nueva plataforma de comunicación. Y sí, al final ha crecido mucho, al estilo de Facebook, pero están conviviendo las dos. Ha llegado Google+, y antes Google Wave, siempre con mucha emoción, con mucho entusiasmo. Y ahí está ahora, parada, salvada porque hay que pasar por el aro para el SEO. En lo que respecta a las comunicaciones y mensajería instantánea, las hemos visto de todos los colores. Line, la propia Facebook Messenger, Spotbros, Hangouts, BlackBerry Messenger, Viber, todas y cada una de ellas tenían más funciones que WhatsApp, eran más avanzadas, más rápidas, más seguras, más bonitas, permitían llamar, tenían pegatinas… y todas ellas tenían algo en común, la inmensa mayoría de los usuarios las ha acabado desinstalando de su smartphone, para dejar WhatsApp como única app de mensajería.

Los más tecnológicos llegaban, algunos clásicos las empezaban a utilizar, pero no había base suficiente, acababan “muriendo” quedando como aplicaciones marginales. WhatsApp y Facebook tienen una cosa en común. Las utilizan los usuarios más clásicos, los que no dejan de utilizar un sistema porque haya uno nuevo, los que incluso renegaban de estas cuando comenzaron a llegar. Mi abuelo, mi amigo antisistema, mi profesor de filosofía, todos ellos tienen una cuenta en Facebook y te hablan por WhatsApp, y no tienen ni idea de lo que es Line, aunque a nosotros nos suene ya a pasado de moda. Y ahora, además, resulta que Facebook y WhatsApp van en un set 2×1 indivisible.

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